Nuestro Origen
La Federación Colombófila Argentina reconoce el año 1886 como el de inicio de la colombofilia en la República Argentina con carácter deportivo.
Ese fue el año en que arribaron a nuestro país los ciudadanos belgas DUVIVIER y VAN DEN ZANDER, quienes emigraron con el fin de trabajar en una nueva fábrica de papel radicada en la ciudad de Zárate. Trajeron consigo algunas palomas mensajeras de su tierra natal. Construyeron sus palomares e iniciaron sus vuelos.
Las palomas eran colocadas en un carro a caballo que DUVIVIER llevaba a unos 10 kilómetros, donde procedía a la suelta, mientras que VAN DEN ZANDER esperaba su arribo.
Pronto muchos comenzaron a criar esas palomas mensajeras y en el año 1900 se funda la primera Asociación, "LA ZARATEÑA", que tiene ya 105 años de existencia.
Eso no significa que no existieran palomas mensajeras en el país sino que éstas eran las primeras en ser entrenadas por civiles, convirtiendo la actividad en un deporte.
En efecto, el Ejército Argentino tuvo sus primeros palomares. El mayor de ellos estaba ubicado en lo que es hoy predio de la Universidad de Lomas de Zamora (Camino de Cintura y Juan XXIII). Allí funcionaba la más importante unidad de remonta y veterinaria que criaba y dotaba al resto del ejército de los caballos necesarios en las postrimerías del siglo XIX. Esas eran las caballerizas del Rey de la época de las colonias. Se lo denominaba campamento militar SANTA CATALINA.
El segundo en importancia estaba en el Colegio Militar General San Martín, en CAMPO DE MAYO. Existían además otros como el de la plaza del Parque (actual Plaza Lavalle frente a Tribunales).
La colombofilia civil y la militar fueron creciendo y era necesario unificar ambas actividades, pues en aquel tiempo se consideraba a la paloma mensajera una de las mejores armas estratégicas de comunicaciones ya que sólo existía el telégrafo que, en general, tenía sus cables tendidos a la par de las vías férreas y eran difícilmente defendibles.
Para ello, el 3 de febrero de 1926, por decreto del presidente Marcelo T. de Alvear, se crea la FEDERACION COLOMBOFILA ARGENTINA, que centraba todas las actividades en ese organismo oficial.
La Federación estaba presidida por un Coronel o Teniente Coronel del arma de Comunicaciones, que desempeñaba sus funciones manejando toda la parte militar de la paloma con fines de defensa nacional, mientras que con el mismo sentido, en la parte civil, era secundado por un consejo asesor que estaba constituido con respetables colombófilos de la época.
Distintas disposiciones y reglamentaciones se fueron dictando a medida que pasaban los años. En el año 1943, en momentos que se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial y nuestro país era conducido por militares, se dictó el Decreto 17.160, del 23 de diciembre de 1943, que reglamentó por última vez la actividad dentro de la función militar.
Terminada la guerra y ya con gobierno democrático, el Honorable Congreso de la Nación convierte el decreto en la Ley 12.913, que aún hoy rige el deporte colombófilo.
En 1955, un golpe de estado derroca al entonces presidente General Juan D. Perón, asumiendo primeramente el General Lonardi y, posteriormente, el General Aramburu.
El Ejército Argentino, teniendo en cuenta lo avanzado del país en las comunicaciones, por un decreto pone fin a la existencia de la FEDERACIÓN como organismo militar y crea la entidad civil FEDERACION COLOMBOFILA ARGENTINA, la que improvisadamente se debe dar su propio estatuto y buscar un lugar donde sesionar.
La empresa no fue fácil. Los argentinos estaban divididos políticamente y todo era según el color de la divisa política. Sin embargo, se logró en 1964 que la entidad fuera reconocida como persona jurídica y poco tiempo después adquirió con grandes sacrificios la vieja casona de Bogotá 13, Capital Federal, donde hoy funciona.
No tiene medios propios de subsistencia y el movimiento financiero de cada año lo determina una Asamblea Federal, a la que concurren todas las asociaciones del país, que consiste en colocar un sobreprecio al anillo de identificación de cada pichón del año (matriculación del ave). En la actualidad, se matriculan unas 150.000 palomas al año y si la cifra es superada el organismo central tiene la facultad de habilitar como pichones anillos sobrantes de años anteriores.
El 3 de diciembre de 1983 se erigió el primer monumento a la paloma mensajera en la plaza España, de Av. Mitre y Justa Lima, Zárate, ciudad reconocida como la CUNA DE LA COLOMBOFILIA. |